Momentos de tensión se vivieron en la noche del domingo en la costanera de Corrientes cuando la policía instó a los paseantes a abandonar el paseo y volver a sus hogares cuando una pareja se resistió al desalojo porque todavía no habían terminado su chipá m’bocá.

“Hicimos cola como media hora para comprarlos bien doraditos, recién arrancamos el mate y nos quieren desalojar. No! de ninguna manera”, nos manifestó Raquel mientras se abrazaba al típico snack correntino. Luego forcejeó con el oficial de la policía que intentaba persuadirla a que abandone el lugar.

“Justo conseguimos la promo con agua caliente”, nos dijo su marido. “Es una injusticia esto”, mientras el policía le hacía una toma candado y casi quedó atragantado con un bocado bien grande que le mandó.

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