En un giro digno de un culebrón chaqueño, el reconocido abogado Osuna, oriundo de Resistencia, fue detenido en las últimas horas acusado nada más y nada menos que de abigeato. Sí, ese delito que no es otra cosa que el robo de ganado, un “hurto con patas”, por así decirlo.
Lo curioso —y hasta cómico— del caso no es solo la naturaleza del crimen, sino la actitud del letrado una vez frente a la justicia. Porque, a pesar de ser experto en palabras, códigos y alegatos, Osuna decidió aplicar el más absoluto derecho al silencio: no declaró, no se defendió, no dijo ni “muuu”.
Fuentes cercanas a la investigación aseguran que al momento de su arresto, Osuna estaba más callado que una vaca en noche de tormenta. Ni una queja, ni una objeción, ni siquiera una frase ingeniosa para salir del paso. Un silencio bovino, casi pastoral.
“Esperábamos que al menos nos tirara alguna teoría legal rebuscada, pero nada. Se quedó más mudo que el ternero que se escapó del corral”, bromeó un oficial, quien no pudo evitar soltar una carcajada.
Mientras tanto, las redes sociales no tardaron en hacer de las suyas, bautizando al abogado como el “Doctor Muuuu” y cuestionando si su estrategia legal consiste en pasarse al lenguaje vacuno para evadir responsabilidades.
Por ahora, Osuna sigue detenido y sin emitir sonido alguno. Quizás esté esperando que el caso se resuelva por arte de magia… o por algún mugido providencial.
Seguiremos informando. Y atentos, porque en esta historia, cualquier cosa puede pasar… menos que el abogado hable.