Los operativos de controles de tránsito a nivel nacional arrojaron altos niveles de locro en sangre en la mayoría de conductores.
La tradicional comida del 25 de Mayo fue un éxito de venta en todo el país.
Los inspectores de tránsito en las rutas argentinas tuvieron que lidiar con los soplidos de los conductores, no solamente por la boca sino también por otros conductos gaseosos.