El campeón mundial Magnus Carlsen duda de Hans Niemann, que dice estar limpio y propone jugar desnudo.
Si hay un deporte en el que parece casi imposible hacer trampas, ese es el ajedrez. Sin embargo, el juego-ciencia acarrea un largo historial y, en los últimos días, añade un caso muy particular que involucra, como denunciante, al campeón del mundo, Magnus Carlsen. El elemento disruptivo serían “chips anales”.
El noruego decidió retirarse de la Copa Sinquefield, en el Club de Ajedrez de St. Louis en Missouri, Estados Unidos, que terminó el pasado 11 de septiembre, después de jugar tres de las nueve partidas programadas. Carlsen declinó de seguir participando al consumarse su derrota ante Hans Moke Niemann, estadounidense, de 19 años. Este lo despojó de un invicto de 53 partidas y dos años sin perder.
La noticia de la derrota no podía pasar desapercibida. Y las suspicacias crecieron cuando Carlsen publicó en Twitter: “Me retiré del torneo; siempre me gustó jugar en el Club de Ajedrez de St. Louis, y espero volver en el futuro”. Hasta ahí, todo normal, pero el tuit tenía adosado un video de José Mourinho, en el que el entrenador portugués habla por el noruego: “Prefiero no hablar; si hablo voy a tener graves problemas”.
Así comenzó a crecer la bola de nieve. “Él debe estar muy desmoralizado por haber perdido contra un idiota como yo; debe ser vergonzoso para el campeón del mundo perder contra alguien como yo”, se defendió Niemann, número 41 del ranking. Su desempeño en el torneo fue modesto, con apenas una victoria, justamente, ante uno de los mejores de la historia.
Las sospechas de trampa por parte de Niemann comenzaron a aflorar. Más cuando se supo que hace siete años fue sancionado por una página web de torneos on line por haberse valido de ayuda en una partida. “Sé que estoy limpio, si quieren que me desvista completamente antes de las partidas, lo haré; me da igual”, se atajó el imputado.
El morbo creció esta semana cuando Carlsen y Niemann se cruzaron de vuelta en un torneo de ajedrez on line. Después de dos jugadas, el campeón mundial se desconectó y abandonó.
¿Cuál sería el artilugio para hacer trampa, que se suma a la insinuación de Niemann de desvestirse? En Internet se habla de “chips anales”, y el guante fue recogido por Elon Musk en Twitter, si bien borró el mensaje. Según la historia, se podría introducir un chip en el ano de una persona que transmitiría información.
“Desgraciadamente no puedo hablar del tema en particular, pero la gente puede sacar sus conclusiones, y ciertamente ya lo ha hecho. Tengo que decir que estoy muy impresionado por el juego de Niemann, y creo que su mentor, Maxim Dlugy, debe de estar haciendo un gran trabajo”. Así rompió su silencio Carlsen en una entrevista reciente. La mención de Dlugy no es casual: estuvo preso en Rusia por malversación de fondos. “Creo que en el futuro no deberíamos tomarnos a los tramposos a la ligera, ni por Internet ni sobre el tablero”, añadió el campeón mundial.
En el ajedrez se registra un caso histórico, el autómata conocido como el Turco, diseñado por el húngaro Wolfgang von Kempelen a fines del siglo XVIII, y que incluso llegó a jugar con Napoleón. Un compartimento permitía que el muñeco fuera manejado desde dentro por un hábil ajedrecista.
Más cerca en el tiempo, se descubrieron dispositivos en los anteojos de un jugador que recibía ayuda externa. Más el escándalo del match entre Vesselin Topalov y Vladimir Kramnik por el título mundial. Topalov acusó a su rival de entrar 30 veces al baño, donde no había cámaras de seguimiento, y se supo que allí había una conexión a Internet.