Se conoció la decisión del gobierno de permitir que la gente vaya a la misa de la Iglesia Católica, así como a otros cultos de diferentes religiones.
La cantidad de personas que pueden ir no deben sobrepasar el 33% del espacio en el que se desarrolla la celebración.
Los católicos no son muy adeptos a ir a misa y quienes habitualmente concurren son personas mayores o sea que están en el grupo de riesgo.
Desde las autoridades eclesiásticas lanzaron una especie de campaña para captar al público joven: “En misa también podés entrenar: 10 series de pararse y sentarse y cuatro flexiones de rodillas”.
Aprovechando que los gimnasios seguirán cerrados al menos hasta julio desde la Iglesia tratarán de captar a quienes están faltos de entrenamiento y aprovechar toda esta actividad física que se debe realizar en cada ceremonia religiosa.